El tercer día de nuestra ruta de 10 días por Costa Rica íbamos a conocer las playas de Guanacaste. Empezaríamos en Tamarindo pero acabaríamos en Monteverde.
Se trataba de hacer una ruta por buena parte de la costa de Guanacaste visitando diferentes playas y empapándonos del espíritu de los ticos del Pacífico.
Nos levantamos temprano y como en el alojamiento no había desayuno incluído nos fuimos a un bar muy cercano en el que desayunamos súper rico. El sitio se llama «La bodega» y sirven desayunos a buen precio. ¡Es muy recomendable!
Playa Tamarindo
Es la playa del pueblo de Tamarindo. No tiene nada de especial, bueno sí, que sin duda fue en la que más gente vimos.
San Juanillo
Nuestra primera parada fue en una playa muy pequeñita pero súper recomendable. Es la típica de postal y lo mejor de todo es que no había apenas gente así que pudimos disfrutar de un buen rato de tranquilidad. Bañándonos en sus calmadas aguas turquesas y tomando el sol en su arena blanca.
Ostional
La segunda playa que visitamos fue Ostional. Conocida porque es la elegida por las tortugas para hacer el desove. Momento en el que estos simpáticos animales se acercan a la costa para dejar los huevos. Aunque se suponía que era temporada para ello, no tuvimos suerte y no vimos ninguna. Aún así, quisimos aprovechar su enorme extensión para dar un paseo por ella.
Nosara
Con el claim «Sin zapatos, sin camisa, Nosara», esta playa es muy conocida por los amantes del surf. El paraje también las delicias de los visitantes así que aunque sin tablas de surf, pudimos disfrutar del ambiente tan chill que allí se respiraba.
Sámara
Esta playa se encuentra muy cerca de la anterior pero quisimos parar porque tiene una vista 360º impresionante. Si te situas en la arena, a un lado tienes la inmensidad del oceano Pacífico y al otro lado la frondosidad de un mar de palmeras. Y si ya luce el sol como era el caso, la mezcla es simplemente perfecta.
Playa Carrillo
La gracia de esta playa es su combinación: playa, palmeras y carretera. Recuerdo que cuando pasábamos por ahí, hubo un momento en el que no sabía si estábamos en Costa Rica o California. 😀
Punta Islita
La última parada en este recorrido por la costa de Guanacaste fue esta pequeña playa en la que tuvimos la suerte de ver a uno de los animales más emblemáticos de Costa Rica: el guacamayo. En este caso fue una pareja la que nos despidió de la costa pacífica.
Camino a Monteverde
A las 16h y teniendo por delante más de 3 horas hasta nuestro próximo alojamiento, empezamos la ruta.
Durante el trayecto atravesamos todo tipo de carreteras y caminos. Nos adentramos en la naturaleza salvaje y tuvimos la suerte de ver, bueno, más bien oir a los monos aulladores. Pasamos pequeños pueblos, y saludamos a locales que nos reconocían turistas desde lejos.
Había ratos que pensábamos que Google Maps se había equivocado porque no parábamos de subir y subir. Además siendo de noche y con la cobertura inestable, la sensación de «¿será por aquí?» aumentaba.
Finalmente llegamos al Selina Monteverde, hicimos el check in y cenamos en el bar mientras preparábamos el día siguiente.
Este alojamiento me encantó y lo aconsejaría a todo aquel que vaya a visitar el Bosque Nuboso Monteverde. Forma parte de una cadena que tiene hoteles en los sitios más turísticos de Costa Rica, así que la posibilidad de ser cliente «Selina» se multiplica. 😉
El hotel es muy recomendable por tres razones. La ubicación: se encuentra a menos de 10 minutos de la entrada principal de la Reserva. La comodidad y tranquilidad: fue donde mejor dormimos de todo el viaje, la calidad del sueño en un entorno a casi 2000 metros sobre el nivel del mar es de 10. Las instalaciones: el bar/restaurante es una pasada, la comida es riquísima y la zona de la chimenea y del billar generan un ambiente idóneo para disfrutar después de un día de trekking.
La ruta

















