El día de vuelta de la ruta de 10 días por Costa Rica quisimos aprovechar la mañana para ir a conocer el Jaguar Rescue Center antes de partir hacia la capital: San José.
Jaguar Rescue Center
Como nos habíamos quedado con muchas ganas de ver a los perezosos de cerca, barajamos la alternativa de ir al Jaguar Rescue Center y viendo las buenísimas críticas que tenía, el día anterior reservamos tickets en su página web y a las 10 de la mañana fuimos a vivir la experiencia.
El Centro se encontraba a pocos minutos de nuestro alojamiento así que nos dio tiempo a desayunar y despedirnos del que había sido nuestro hotel favorito del viaje.
El Jaguar Rescue Center se encarga de ayudar a animales malheridos y devolverlos a su hábitat, siempre y cuando estén listos para ello. Por no alterar su ambiente, los de la organización nos advirtieron de que no nos podíamos fotografiar con los animales, es decir, hacernos selfies.
La visita la hicimos en español con un grupo de 10 personas. Fue un chico venezolano muy simpático el que nos hizo un tour por todas las instalaciones y nos contó las historias de cada uno de los animales que allí estaban: perezosos de dos dedos, perezosos de tres dedos, todas las especies de monos que viven en el país, guacamayos, loros, distintas especies de reptiles, y un larguísimo etcétera.
El guía Luis nos transmitió un amor por lo que hacía que era inevitable sentir una conexión con ese lugar desde el minuto uno. Fue una hora y media de conectar con la naturaleza y la realidad de cada uno de los animales que allí estaban brutal.
La entrada nos costó casi 20 dólares pero los sentimos muy bien invertidos cuando vimos para lo que iban destinados y la gran labor que hacían en el Jaguar Rescue Center.
Sin duda alguna fue una muy buena elección y lo recomiendo al 100%.
Vuelta a San José
Cuando acabamos la visita en el Jaguar Rescue Center, paramos en el centro de Puerto Viejo a hacer algunas compras y comer algo para emprender las más de 4 horas que teníamos por delante hasta la capital de Costa Rica: San José.
El trayecto fue bastante caótico porque llovía continuamente y había mucho tráfico. Además cuando anocheció y tuvimos que atravesar el Parque Nacional Braulio Carrillo que estaba en plenas obras, fue un total caos.
Llegamos a la oficina para dejar el coche de alquiler y de ahí nos trasladaron al Toucan Hostel, un alojamiento cercano al aeropuerto que habíamos reservado para hacer noche y tardar lo menos posible en llegar al avión esa madrugada.
Aunque era noche oscura (las 4 de la mañana) cuando dejábamos Costa Rica, la luz que nos habían regalado esos amaneceres y atardeceres durante los 10 días que estuvimos, seguía intacta en nuestras retinas.
