Si viajas una semana a Nueva York puedes hacer una excursión de un día a Washington D.C. Nosotros elegimos el quinto día para ello.
Hay muchas empresas que ofrecen el tour y prácticamente todas rondan el mismo precio y hacen el recorrido muy parecido. Nosotros lo cogimos con ‘Tu experiencia‘ y nos costó 80 euros.
Quedamos a las 6 AM en un hotel cercano a nuestro alojamiento y pusimos rumbo a Washington D.C. mientras nuestro guía, Víctor Hugo, nos iba explicando cómo estaba organizado el tour, las paradas que haríamos, todo lo que veríamos, etc.
En este caso tuvimos muchísima suerte con el guía, pues era un apasionado de su trabajo y eso se notaba mucho a la hora de darnos las explicaciones. ¡Quedamos encantados con él desde el minuto 1!
El trayecto de Nueva York a Washington son 4 horas pasando por distintos estados pero la verdad es que se nos hizo muy ameno porque Víctor Hugo no paraba de contar curiosidades y datos históricos súper interesantes.
Hicimos una parada a medio camino para tomar un café y poder ir al WC. Tras este break, nos montamos de nuevo en el autobús hasta la que sería nuestra primera parada: el cementerio de Arlington.
Quizás el nombre no te diga mucho pero si ves imágenes enseguida vas a identificarlo porque ha sido escenario de multitud de películas y series a lo largo de la historia.
Este cementerio es punto de interés porque además de estar enterrados miles de héroes de guerra americanos, están los miembros de la famosísima saga Kennedy.
Nuestra siguiente parada fue también en el Estado de Virginia, en el monumento de Iwo Jima en honor a los marines americanos.
En la ruta de un sitio a otro pudimos ver el Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
A la una del mediodía el autobús llegó a Washington D.C. Nos bajamos en unas zonas ajardinadas con monumentos en honor a los combatientes de diferentes guerras como la de Corea o la de Vietnam. ¡Todo súper patriótico!
Ya en la explanada, donde se encuentra la piscina reflectante que tan famosa hizo ‘Forrest Gump’, visitamos el enorme monumento al presidente Lincoln que imponente mira de frente al Obelisco. También vimos el lugar exacto desde donde Martin Luther King pronunció su famoso discurso que comenzaba con esa mítica frase: «I have a dream».
En este caso nos dejaron tiempo suficiente para poder visitar toda la zona y fotografiarnos en ese escenario tan emblemático.
La siguiente parada fue la Casa Blanca. Recorrimos la parte frontal pero tuvimos la mala suerte de toparnos con obras que impedían acercarnos. Resulta que el presidente Trump ha mandado levantar unos metros más la valla de alrededor. Ya se sabe, él y su afición con los muros…
Continuamos la ruta por la Avenida Pensilvania que es por donde el presidente entrante realiza un recorrido antes de su toma de posesión. Pudimos ver el edificio del FBI, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Hacienda, y los Archivos Nacionales.
Con una enorme dosis de patriotismo americano, hicimos parada para comer en un restaurante que la organización del tour tenía previsto. La comida no está incluida en el precio pero para ser la zona que era, la relación calidad-precio estaba bastante bien (15 dólares de media).
Por la tarde y como última parada, fuimos al Museo del Aire y el Espacio, donde tomamos un café y visitamos las diferentes salas con objetos e inventos de guerra muy interesantes. Aprovechamos también para salir al exterior, y recorrer un poco la National Mall, para ver el Capitolio, el hogar de las dos cámaras del Congreso.
A las cinco de la tarde, Víctor Hugo dio por finalizada la excursión y emprendimos el camino de vuelta. Esta vez no hubo comentarios, pusieron una película en el autobús y todo el mundo descanso durante la vuelta.
Antes de llegar al centro de Nueva York, el guía quiso hacer una parada extra. Aprovechando que ya había anochecido, nos regalo una panorámica nocturna de la capital del mundo desde un mirador de Nueva Jersey. A pesar del frío que hacía, conseguimos quedarnos con un recuerdo perfecto para acabar el día.
La ruta
