Cuando el turista se convierte en viajero
 
Vancouver: esencia canadiense en pocas horas

Vancouver: esencia canadiense en pocas horas

En nuestro viaje a Hawái tuvimos la suerte de hacer escala en Vancouver, y como no podía ser de otra manera, aprovechamos las horas entre vuelo y vuelo para salir a conocer la ciudad canadiense.

Del aeropuerto, fuimos en tren al centro de la ciudad y paramos a desayunar en Vancouver City Centre, un centro comercial de la zona.

Parque Stanley

Con el estomago satisfecho, fuimos dando andando hasta el Parque Stanley, un precioso pulmón verde por el que pudimos dar un paseo y contemplar las impresionantes vistas a la ciudad. Tiene dos lagos interiores y varios senderos donde los ciudadanos aprovechan para hacer ejercicio. La panorámica de la ciudad es impresionante, pero lo que más nos impactó fueron las vistas a las montañas nevadas, un contraste espectacular.

Mientras paseábamos esa mañana, en la que a pesar de ser diciembre, lucía el sol y la temperatura no era muy fría, se nos acercó un señor para preguntarnos de dónde éramos y si podía acompañarnos en el paseo. Nuestra respuesta fue afirmativa y no nos equivocamos.

Durante la caminata, nos contó que estaba enamorado de España y que hasta en dos ocasiones había visitado nuestro país para realizar el camino de Santiago. También nos estuvo dando datos curiosísimos de Vancouver, y nos ayudó a entender dónde estábamos y cómo era la gente de esa ciudad. Por último, nos aconsejo dónde comer y pasar el resto del tiempo que teníamos libre hasta volver al aeropuerto.

Granville Island Public Market

Siguiendo sus indicaciones, nos acercamos a Granville Island Public Market. Un mercado cubierto con restaurantes, bares, cafeterías, puestos de comida gourmet y boutiques de artesanos. Nos dimos una vuelta visitando las distintas calles y terminamos comiendo allí y disfrutando de un mediodía soleado y de muy buena temperatura.

A media tarde, deshicimos lo andado y volvimos al tren que nos llevaría al aeropuerto para seguir nuestra ruta a casa. En estas horas que duró la escala, volvimos a reafirmarnos en la buena opción que resulta aprovechar las escalas para conocer la ciudad aunque sea por pocas horas.

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