El viaje de 10 días en Hawái tocaba a su final, solo nos quedaban unas horas para abandonar el remoto paraíso del Pacífico y queríamos exprimirlas al máximo.
Ese día madrugamos y nos montamos en el coche en dirección a la South Shore, nos tocaba cerca del hostel así que era cuestión de pasear por las pequeñas playas que había y disfrutar de las bonitas vistas hacia la isla de Molokini desde donde se realizan los avistamientos de ballena jorobada y delfines. Además de ver a los cetáceos, puedes hacer snorkel y disfrutar de la rica diversidad marina de la isla. La excursión suele durar 3 horas e incluye además de las dos actividades, comida y bebida. Todo por alrededor de 50 euros… ¡Para pensárselo eh! Nosotros como nos quedamos sin tiempo, no pudimos hacerlo pero según leímos era una experiencia bastante chula y las opiniones de la gente con la que estuvimos eran muy positivas.
Durante esa mañana pudimos estar en Wailea y en Makena Beach, dos playas bastante concurridas pero lo suficientemente «hawaianas» para despedirnos del ambiente tropical por todo lo alto.
Antes de ir al aeropuerto dejamos la South Shore para hacer la última «frikada» del viaje. Fuimos a comer a Bubba Gump, el restaurante de la famosísima película protagonizada por Tom Hanks, «Forrest Gump». Pedimos las famosas gambitas para compartir y de segundo un plato de pescado fresco.
Ahora sí estábamos preparados para empezar el viaje de regreso a España con sus dos escalas: la primera en Vancouver y la segunda en Mánchester.
Here we go! 😉




