Cuando el turista se convierte en viajero
 
Una semana en Nueva York: Long Island y los Knicks

Una semana en Nueva York: Long Island y los Knicks

El séptimo día de nuestra semana en Nueva York lo quisimos dedicar a conocer Long Island, los barrios de Greenpoint y Williamsburg. Y para acabar el día disfrutamos de un partido de los Knicks en el famoso Madison Square Garden.

Los días en Nueva York iban llegando a su fin, este era el último día completo en la gran ciudad así que lo quisimos aprovechar desde primera hora de la mañana.

Salimos desde nuestro alojamiento, pasamos por la Sexta Ave y recorrimos la fachada de la ONU. Cruzamos por el puente de Queensboro, viendo a izquierda y derecha el East River.

Al otro lado del puente nos esperaba Long Island, lugar privilegiado desde donde ver el skyline de Nueva York. Leímos que se había puesto muy de moda porque había pasado de ser una zona industrial a ser un referente de arte y arquitectura.

Después de la pateada para llegar hasta ahí, hicimos un pequeño descanso en el muelle de Long Island disfrutando de las vistas y de un viento fresco que nos despejó para todo el día.

Reanudamos la marcha y seguimos «bajando» por la orilla del río hasta Greenpoint, una zona que nos encantó y donde encontramos tiendas y bares súper interesantes. Aquí se encuentra el barrio polaco así que muchas de las ofertas de comida que encontrábamos eran de cocina tradicional de ese país.

Era mediodía pero antes de buscar un sitio para comer, paramos a tomar una cerveza en un bar que nos llamó mucho la atención: Spritzenhaus33. Una antigua fábrica reconvertida en bar con un diseño industrial muy acogedor. Con chimenea y música de fondo, hicimos un receso perfecto.

Después paramos a comer en una pizzeria de porciones y sin perder mucho tiempo, seguimos nuestro camino hasta Williamsburg.

Williamsburg

Williamsburg es el barrio judio que habíamos visto de pasada en el ‘tour contrastes’ en días anteriores. Pero como nos impactó tantísimo quisimos recorrerlo a pie en vez de en autobús y así poder ver más despacio los edificios, las familias y en general, esa cultura tan desconocida para nosotros.

Nos sorprendió ver cómo puede existir un «mundo» tan diferente tan cerca de Manhattan. Vimos todo tipo de judíos, desde los más extremistas hasta los menos. Fue una hora de paseo muy difícil de describir pero muy enriquecedora en cuanto a ahondar en una cultura tan desconocida para nosotros.

Dejando atrás Williamsburg no tardamos en apuntarnos en la lista de tareas pendientes ver un documental que nos había recomendado el guía de nuestro tour: «One of us», que retrata la historia de distintos judíos que han salido de la comunidad.

No hicimos ninguna fotografía porque recordamos la recomendación que oímos el día del tour. Ha habido muchos problemas a la hora de fotografiar el barrio y su gente porque la comunidad se siente muy violentada. Es mejor hacer fotos mentales y pasear sin molestar. Eso hicimos.

Madison Square Garden

Para acabar el día fuimos a ver un partido de pretemporada de los Knicks contra los Washington Wizards. Tras muchos intentos en webs como HelloTickets o Stubhub, las entradas las compramos finalmente el día anterior directamente en las taquillas y nos costaron 56,50 euros.

El partido era a las 19.30h pero fuimos antes porque había que pasar controles de seguridad. Entrar en el Madison Square Garden es una experiencia en sí misma, con la cantidad de veces que habíamos visto ese estadio en la TV, verlo in situ nos ilusionó un montón.

Si tuviese que describir el partido con una sola palabra, esta sería: ESPECTÁCULO. No es sorprendente viniendo de los americanos pero es que desde el minuto uno que nos sentamos hasta el último, estuvimos en una continua actuación que aunque duró casi 3 horas se pasó volando.

Los Knicks perdieron pero nosotros nos lo pasamos igualmente bien, hubo lanzamiento de merchandising en los tiempos muertos, juegos con el público, bailes y performances de todo tipo, cámara aérea que iba enfocando a los espectadores… Vamos que el partido, para los que no entendemos mucho, fue una cosa más dentro de las muchas que se iban sucediendo durante el tiempo que estuvimos ahí sentados 🙂

Desde luego que fue la mejor forma de ir diciéndole adiós a la semana que llevábamos en Nueva York.

La ruta

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